miércoles, 30 de septiembre de 2009

La Cabaña. Paul Young


La cabaña o el evangelio según su autor.

La semana pasada tuve una charla sobre Jesucristo con un amigo. Como la mayor parte de las veces, a la gente le resulta duro escuchar que está perdida sin Dios, que todo lo que haga por mérito propio no le hará merecedor de la amistad de Dios, que necesita arrepentirse y cumplir las expectativos de Dios en uno para ser conformes a Cristo. Esto no gusta e incluso dicen creer en Dios…

Pero a mi amigo, sorpresa, le había encantado La Cabaña. Todo eran halagos para esta obra…

Extraño. Me la he leído.

Yo me digo ¿pero por qué para decir dos verdades hay que diluir la relación de Dios con el hombre? Quieren saber qué pide Dios al hombre, vayan a los evangelios. La cabaña presenta a una trinidad buenita, hecha a la imagen del hombre para reconfortarlo en sus deseos, una divinidad irreverente a modo de payasada. Observa la escritura, ¿cómo se relaciona Dios con el hombre? El ser humano es el centro en esta obra. Poco de Cristo centrismo, nada de la miserable situación en la que el hombre se encuentra sin Cristo, nada de toma tu cruz y sígueme, nada de un solo camino, nada de arrepentíos y creed porque el fin está cerca, nada de reverente adoración hacia aquel que es inconmensurable. Nada de juicio, ni de la ira de Dios para aquellos que no creen, asesinos y violadores son amados por igual... Es un no te preocupes, sigue así, todo está bien…

La obra argumenta sobre la dependencia para con Dios. Correcto. Depender de Dios es de vital importancia. Esta idea va en el sentido de nuestra necesidad de comunión con El porque lo necesitamos en nuestro beneficio. ¿Pero eso es todo? Somos imperativamente llamados a ser conformes a Cristo y "esclavos" de Dios. Es bíblico. Observa a Pablo. El siervo vive para su amo, según su voluntad y no la discute. O somos "esclavos" de Dios o lo somos del pecado.

La cabaña diluye la salvación en Dios en una mezcla de filosofía humana, psicología post-moderna y buen rollito colega tan de gusto de nuestros días.

sábado, 19 de septiembre de 2009

This is War, Paul Washer

Mi primer video subtitulado en you tube.
Medio sábado y el ordenador echando humo.
Una y no más.


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Hombres, no hemos sido hechos para vivir como la mayoría de los hombres.

¡Hemos sido hechos para luchar!

¡Hemos sido hechos para combatir!

¡Hemos sido hechos para trabajar!

¡Hemos sido hechos para conquistar!

Hemos sido hechos para entregarnos a algo eterno

Hemos recibido una orden para ¿hacer qué?

De salir y dominar.

De llevar toda la creación en armonía con la voluntad de Dios.

De hacer todo su gobierno, todas sus cosas, en el contexto de la voluntad de Dios.

Ahora, vivimos en un mundo caído,

Que vive en tinieblas y muerte.

El reino del maligno se extiende por toda la tierra.

Usted no ha sido llamado para jugar a video juegos.

No somos llamados para sentarnos delante de una televisión.

No somos llamados para entregarnos a futilidades.

¡Somos llamados para avanzar un reino!

¡Para vivir con una pasión!

¡Para luchar por El!

Y para apenas de vez en cuando, estirar nuestras espaldas

y mirar para arriba, para una sonrisa.

¡Quiero luchar!

¡No quiero confort!

¡No quiero tranquilidad en Sión!

Porque el reino de Dios es construido

No por aquellos que descansan en Sión,

Sino por aquellos que salen a las calles y luchan.

Y las armas de nuestra milicia no son carnales.

Ellas son poderosas:

Oración intercesora,

La proclamación del evangelio,

Y amor sacrificado.

¡Hombres¡ levántense, ¡Oh hombres de Dios!

¡Hagan aquello para lo que fueron llamados!

¡Sean valientes y fuertes!

Y sepan que esto les va a costar.

Usted se coloca del lado de Jesucristo y su causa

Y ve al diablo venir detrás de usted abofeteándole por dentro e por fuera.

¡Pero se trata de una guerra!

Entonces, El nos da una gran comisión…

Abrir camino de noche diciendo:

Hay un lugar,

Hay un lugar,

Donde El no es adorado,

Donde El no es adorado,

Hay un lugar,

Donde El no es adorado,

No puedo dormir,

Hay un lugar,

Donde El no es adorado,

Hay un lugar,

¡Donde la bandera del Señor no ondea!

¡Y para eso hemos sido hechos!

¡Para dejar a un lado nuestras pequeñas causas temporales

Y para entregarnos a esta grande batalla!


viernes, 18 de septiembre de 2009

Me voy del Aikido


He practicado aikido por casi cuatro años bajo la Asociación española de Aikido tradicional, inspirada en la figura de Itsuo Tsuda, uno de los últimos discípulos del fundador de esta práctica, Morihei Ueshiba.

No todas las variantes de aikido insisten en el perfeccionamiento personal o espiritual. La proporción de contenido marcial o filosófico varía de unas escuelas a otras. El propósito de esta obra es intentar demostrar el innegable contenido ya no solo filosófico sino religioso de una práctica que según su primer maestro es el resultado de una revelación sobrenatural. Aikido es forma y fondo. ¿Cómo limitarse a la práctica física sin secundar aún por pasiva el contenido espiritual? Algunos estilos de Aikido parecen hacerlo, limitándose sólo a la parte física. Sin embargo, el Aikido no es un arte de combate o lucha, no es un arte marcial propiamente dicho. El primer objetivo del Aikido no es la efectividad en una pelea callejera. Entonces, ¿qué es Aikido?, ¿habrá que inclinarse por el significado de los tres kanjis japoneses que componen la palabra AI-KI-DO?: la vía de la armonización de la energía.

Cito a Morihei Ueshiba: “Debéis entrenar vuestra mente para estar en armonía con los movimientos del Universo. Debéis entrenar el cuerpo para estar en armonía con el movimiento del Universo. Debéis entrenar el ki, la fuerza del alma que unifica cuerpo y mente, para estar en armonía con el Universo.”

El cristiano camina en la auto negación de su mente. Comprende la fatalidad de la arrogancia del corazón del hombre. Su alma está totalmente dirigida para “armonizarse” con Cristo porque ya no es él, sino Cristo que vive en él. El es un nacido de nuevo, una nueva creación. Le es imposible armonizar con una creación caduca que, aunque cuente de la gloria de Dios, clama con dolores de parto el fin de la perversión caída sobre ella con la caída del hombre.
El cristiano sabe que su cuerpo terrenal está llamado a ser comido por gusanos, que la carne es contraria al espíritu de Dios pues sus obras son contrarias a El ( Gal 5:19), y que debe ejercitarse “para la piedad; porque el ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente, y de la venidera.” 1 Timoteo 4:7,8

Aunque muchos practicantes viven el aikido como un deporte, o como un arte marcial, la verdad es que el Aikido no fue ideado por su creador ni como una cosa ni como la otra. Su deseo era de transmitir a sus discípulos un camino de vida que les permitiera purificarse espiritualmente. En algunos aikidos y en estoy convencido, en todos llegados a cierto nivel, la técnica deja de ser predominante para adentrarse en los ámbitos de los espiritual. Es esta la piedra de discordia por encima del discurso de amor y armonía del aikido. Solo hay un evangelio, una purificación y una liberación. Solo hay una revelación divina en la que los hombres puedan descansar definitivamente sin recurrir a ritos expiatorios. Dios ha dicho su palabra. EL mismo se ha manifestado al hombre. ¿Qué haría falta para que creyeses en un Dios así? El ha llevado el peso que el hombre no podía sobrellevar, el peso de todas nuestras maldades. El ha restablecido el puente entre el cielo y la tierra. Su nombre es exclusivo. Dios no comparte su plan salvífico con nadie, pues le costó la separación de su propio hijo y su entrega a la muerte y al pecado. Esto es cristianismo, y a los ojos del mundo muchas veces insoportable.

Cuando se empieza a practicar Aikido, la mayor atracción es la práctica física que viene apoyada por un sincero y atrayente discurso de respeto al contrario y de búsqueda de armonía. La información detallada relativa al significado y orígenes del Aikido existe y está presente de alguna manera en el tatami. Por supuesto, el debutante ya tiene bastante con saber dónde tiene que colocar las manos y los pies, y descubrir que le duelen diferentes partes de su cuerpo hasta ahora desconocidas. El conocimiento del Aikido es amplio.
Entre los practicantes de las diversas artes marciales, muchos consideran, no sin razón, ser en parte herederos de la tradición guerrera japonesa. Samurái significa siervo. Su primer deber era servir a su señor y dar la vida por él si necesario. Hoy en día muchos creerán que no merece la pena morir por causa alguna y menos por nadie. Yo me pregunto: ¿a quién sirves? Busca y habrás encontrado a tu amo.
Alfonso Boza

Totalismo, Miquel Porta Perales Breve reseña.

Totalismo: la renuncia al propio juicio, el adoctrinamiento del pensamiento para que la gente cambie de verdades. Una ideología que...