sábado, 29 de septiembre de 2012

Adoración cristiana

No basta con "bendecir" lo presente en el mundo para hacerlo santo. Miles de jóvenes y adultos “cristianos”, creen alabar a Dios cuando les “mola” la música. Lo cierto es que Dios les aburre y el mundo les encanta. La adoración verdadera nace de un espíritu regenerado, los que hacen su voluntad, así que la primera pregunta que deberíamos hacernos es: ¿qué piensa Dios de todo esto? Nuestra referencia se encuentra en la palabra de Dios, que no es un producto cultural ni circunscrito a una época, es la voluntad eterna de Dios para su pueblo. Un pastor dijo: Los Salmos están repletos de descripciones de cómo es Dios. Nuestros cantos deben hablar de Dios. Nuestra adoración falla porque desconocemos el temor de Dios, hemos convertido a Dios en un abuelito simpaticón. La adoración es algo muy serio. El libro de Levítico nos cuenta que Dios mató a dos líderes de adoración porque no le agradaron. La adoración verdadera es Dios hablando sobre El mismo, alentando, amonestando, testificando. Nuestra música debe seguir estos principios, no basados en la carne, sino en el Espíritu. Existen congregaciones pobres sin ningún instrumento, que alaban solo con sus voces… hoy en día se diría “esto es tan aburrido”. Dios es un Dios santo, que mora en medio de un pueblo santo. No es una divinidad a la que obligamos a comparecer bajo nuestra palabra. No deberíamos ser despreocupados ante la presencia de Dios.
He leído el artículo de este blog http://blog.alavanza.org/?p=840 , sin autor, a lo que respondo:
Primer punto: Una alabanza que no adora y una adoración que no alaba son incongruentes ante Dios.

Segundo punto: las verdades teológicas no pueden ser sacrificadas diluyéndolas, creyendo falsamente que serán mejor comprendidas. Verdades como la justificación, la regeneración... deben ser explicadas y llegar a formar parte de los conceptos manejados por los creyentes porque encierran la verdad de Dios. Cantamos lo que agrada a Dios, antes que a los hombres. Canticos espirituales, dice Colosenses, es decir, la canción que nace del espíritu regenerado, ante Dios con reverencia, agradecimiento y temor.

Tercer punto: "A Dios hay que alabarle con toda la variedad de formas culturales que tiene la humanidad. “¡Que todos los pueblos le alaben!” (Salmos 67:3)." Falta rigor en este razonamiento. Todo el mundo está llamado a alabar a Dios, es el significado de este versículo, no que cualquier manifestación artística del hombre sea aceptable delante de Dios. El rock duro, es un producto satánico, el hip-hop es producto de los bajos fondos americanos… y así muchas músicas. ¿Los rociamos con “agua bendita” y ya está?

Cuarto punto: podemos llorar con la alabanza, podemos emocionarnos… pero si nuestra vida cotidiana no marca una diferencia, todo aquello no es más que humo. Se dice en el blog No podemos dejar en casa nuestros cuerpos para venir al culto sólo con las almas, desprovistas de ritmo, y enfocadas sólo a entonar melodías sublimes y místicas. La realidad de nuestro cuerpo debe afectar la manera de hacer el culto. Podemos abrazarnos fraternalmente, y podemos sentir los ritmos del culto con el cuerpo, que es bueno por ser creación de Dios.” Sentir, experimentar… los verbos favoritos de este siglo. Y, por cierto, ¿a qué llama “melodías sublimes y místicas”? ¿Acaso al magnífico legado teológico que nuestros hermanos pasados expresaron en los himnos que tanta fuerza en la necesidad ha dado a nuestros padres?

Quinto punto:Toda adoración genuina es en espíritu y en verdad, sea donde sea y con la forma que sea. ¿Qué significa esto? ¿Qué los bailes sensuales, las músicas de trance, el tecno son apropiados ante Dios? Versículo por favor Por otro lado, se afirma una gran verdad cuando el autor dice que: Según la palabra incómoda de los profetas, la verdadera adoración es en función de la justicia, y no de la música. Isaías 1:11-17 es el botón de muestra de una larguísima lista de textos bíblicos que insisten en este punto. La justicia es manifestación de la santidad y la obediencia del pueblo que adora. Para entrar al santuario del Señor no se requiere un tratamiento especial con música efectiva, sino vivir la descripción del que anda en integridad y hace justicia del Salmo 15.

Sexto punto: Se dice asimismo que Dios habita la alabanza y eso es un hecho. Además eso es lo que la hace ser una experiencia edificante, con cualquier tipo de música, siempre y cuando seamos sensibles a la realidad de Dios en el culto. O sea que es al revés. La presencia de Dios en la alabanza es lo que hace que la alabanza sea edificante, aun y cuando tenga un contenido musical que no nos guste. ¿Cualquier tipo de música? ¿Se reduce a una cuestión de gustos? Nuestra música está dirigida al creador del universo, a quien murió en una cruz y cargó injustamente el castigo que merecíamos. ¿Le voy a cantar cualquier cosa? ¿Dónde queda la reverencia?

Séptimo punto: Se dice una verdad: Cualquier innovación que hagamos en el culto debe someterse a un principio más sublime que los simples sentimientos. En la iglesia debe dominar el principio de la mutua sumisión en amor. Primero es el amor a Dios, un amor bíblico, no un consentir para no caer mal. Por otro lado, encuentro sorprendente el Las posturas no dicen nada sobre la libertad en el Espíritu, no somos más espirituales si tomamos una postura o la dejamos de tomar. ¡Qué iluso pensar que por orar con los ojos cerrados y el rostro inclinado somos más espirituales que los que oran de otra forma! De acuerdo, la postura en sí misma no otorga nada, pero, si es sincera, sí que dice mucho de cómo se encuentra el corazón de la persona. ¿Qué ocurría en el Antiguo Testamento y en el Apocalipsis ante la presencia de Dios ¿Acaso no caían a tierra, de rodillas, no se ocultaban el rostro los hombres ante la presencia del Señor manifestado? No siempre es así, pero cuando nunca es así, algo falla.

Dios no ha de ser relevante para la cultura, la cultura debe rendirse a Dios.
Alfonso Boza

Totalismo, Miquel Porta Perales Breve reseña.

Totalismo: la renuncia al propio juicio, el adoctrinamiento del pensamiento para que la gente cambie de verdades. Una ideología que...