viernes, 3 de mayo de 2013

Aikido: el gurú iluminado.

Es interesante ver cómo de las tres grandes “iluminaciones” de Ueshiba, las dos últimas tuvieron lugar en un periodo de extrema tensión para los japoneses como fue en ambiente bélico de la Segunda Guerra Mundial (1941 a 1945). Para Ueshiba, estas visiones eran claras señales del favor divino. El creía fervientemente en la comunicación con el mundo de los espíritus mediante sueños y visiones. Gracias a estas “revelaciones”, el fundador del aikido comienza a interpretar su arte como un camino a través del que la divinidad se manifiesta. Por ello, es cierto afirmar que la práctica se convierte en un sistema comunicativo con lo trascendental. Más que una simple búsqueda una experiencia trascendente, el aikido de Ueshiba pretendía levantarse como la vía de la armonía, de la reconciliación entre lo humano y lo divino. La metodología práctica del arte sería de naturaleza sincrética:  del sintoísmo, tomaría las prácticas purificatorias; del budismo, ejercería la idea del camino de perfección espiritual; de la astrología taoísta, un numeroso elenco de dioses; del cristianismo, la protección del prójimo.

Totalismo, Miquel Porta Perales Breve reseña.

Totalismo: la renuncia al propio juicio, el adoctrinamiento del pensamiento para que la gente cambie de verdades. Una ideología que...