La esclavitud y la primera iglesia.
Alfonso Boza.
Bibliografía:
·
¿Aprueba
la Biblia la esclavitud? Una respuesta al ateo Sam Harris, por Pablo
Santomauro.
·
Esclavitud
y cristianismo. Revista bibliográfica de geografía y ciencias sociales. Volumen
XII, 2007.
·
El debate
por los esclavos en las asambleas cristianas a fines del siglo II. Mariano
Splendido.
·
Les esclaves
chrétiens, Paul Allard.
·
Sermón de
Wayne Partain « Bajo el yugo de la esclavitud ».
·
La esclavitud en el Nuevo Testamento, PAUL COPAN en http://ag.org/enrichmentjournal_sp/201104/201104_108_NT_slavery.cfm
·
La
Biblia, Reina Valera 1960.
La falsa idea de
que La Biblia no presenta objeciones a la esclavitud ha sido exhibida por el
ateísmo como un argumento de peso contra el cristianismo, y ha sido
utilizada para cuestionar la autoridad de la escritura sagrada.
- ¿Qué razones pueden existir para la aparente no oposición de la esclavitud en el Nuevo Testamento?
En el libro de Efesios el apóstol Pablo pide a los
amos que sean benévolos con sus “doulos”
(esclavos, siervos…), y que éstos estén sujetos a sus amos. También Pedro
en 1ªPedro 2:18, pide la sumisión incluso a los amos más duros. La primera
reacción es la de pensar que el cristianismo consintió en la práctica de la
esclavitud. Vamos a intentar arrojar un poco de luz en este tema.
El cristianismo neo-testamentario es todo un
alegato en favor de la caridad, el amor desinteresado, la hermandad entre los
hombres; aún así, ni Pablo ni la primera iglesia primitiva se enfrentaron
directamente contra el sistema esclavista de la sociedad romana. ¿Por qué
causa? Fíjense, el llamado de Pablo en el nuevo testamento es ante todo a la
responsabilidad. El levantamiento, la rebelión generalizada, habría acarreado ríos
de sangre, como bien lo demostraron las revueltas de esclavos a lo largo de la
historia. Así que la abolición de la esclavitud no estaba en la mano de Pablo
ni del resto de los apóstoles. El mal no fue desatado.
La epístola a Filemón trata el caso de Onésimo[1], esclavo alejado de su amo y por quién Pablo
intercede. El texto nos deja con muchos interrogantes. ¿Por qué Pablo lo envía
de vuelta?, ¿Cuál era la deuda que tenía Filemón con Pablo?, ¿Qué perjuicio
pudo haber cometido Onésimo contra Filemón?, ¿Fue Onésimo quien buscó a Pablo
para que mediara en alguna disputa?
Hay algunas certezas: Pablo trata a Filemón como
“hermano amable colaborador” y “compañero”; Onésimo se había ausentado de la
casa sin prevenir; Pablo no manifestaba ningún temor por la acogida que Filemón
pudiera dar a Onésimo; y no hay evidencias de que Onésimo fuese un fugitivo.
Onésimo volvería a casa de Filemón, pero ya no
como un esclavo sino como un hermano amado. La labor de Pablo es encomiable en
este episodio, puesto que ayuda a sanar una división, un malentendido entre
ambos por medio del amor fraternal.
- ¿Qué afirma realmente el cristianismo sobre la esclavitud?
Un cristiano dijo en una ocasión que el cristianismo no
es dinamita, sino levadura. El mensaje contenido en las palabras de Cristo
llevaba el germen de la abolición de las injusticias del mundo, entre ellas la
esclavitud: la mutua sumisión, el dar la vida por los demás, el amor
sacrificado, el poner la otra mejilla, el dar a quien lo pida, un amor que todo
lo puede, que todo lo soporta, el amor al prójimo como a uno mismo… puso al
mundo antiguo de cabeza. Por este motivo,Pablo no emprendió un programa basado
en una agenda política. Afirmó la hermandad[2]
y la no resignación[3].
El concepto que la palabra libertad tuvo el
cristianismo era novedoso en el mundo civilizado. La fe cristiana liberaba a la persona de la
esclavitud de la muerte y del pecado, la restablecía en la verdadera libertad:
la capacidad de hacer el bien desde la gracia divina. “Conoceréis la verdad y
la verdad os hará libres”, dijo Jesús. Los esclavos tuvieron en la fe la fuerza
necesaria para sobrellevar el duro trabajo, e incluso el martirio. Como anécdota
conste el gran asombro de los paganos cuando, tras el suplicio de algún esclavo,
la Iglesia recogía arrodillados y entre himnos los huesos de estos santos
mártires.
El cristianismo dignificó el trabajo manual. El hecho de que, el trabajo en
la sociedad judía no fuese objeto de desprecio, tal y como ocurría en las
clases opulentas romanas, fue una de las claves en la propagación del
cristianismo entre los humildes y los esclavos. Jesús había sido carpintero, Pablo
trabajaba con sus propias manos y alentaba a los demás a ganar su propio pan.
Los esclavos fueron miembros iguales en la Iglesia. En varias ocasiones, Pablo
saluda a quienes trabajan en la casa de algún amo[4].
En otras, se refiere a Andrónico y Urbano (nombres propios de esclavos) como
parientes, estimados entre los apóstoles, colaboradores…(Romanos 16:7-9).Roma llegaría a sentir con el tiempo la
amenaza de esta fraternidad.
Por su parte, los amos fueron llamados a
comportarse con justicia y rectitud, sabiendo que debían de dar cuentas al cielo por cada
una de sus acciones.[5]
Con todo, Pablo siempre reconoció en la esclavitud una
forma vil de opresión; y alentaba a los esclavos a ser cuidadosos con su
testimonio[6]; su servicio debía de
manifestar el amor a Dios[7].
La
nueva condición espiritual quedaba situada por encima de la lamentable posición
social del esclavo. El esclavo fue integrado dentro de una nueva comunidad
de la que Cristo era el fundamento[8].
La práctica de los secuestros, el tráfico de
personas fue objeto de denuncia en el Nuevo Testamento[9].
El primer cristianismo tuvo bien claro que la
única manera de cambiar la sociedad era desde dentro, desde la transformación
de la conversión. Este es un hecho que debería hacer recapacitar a los
evangélicos atraídos hoy en día por los espejismos de los métodos carnales. El
método apostólico fue cambiar a la gente a través del cambio de sus corazones.
El pensamiento cristiano estaba
fundamentado en la razón siguiente: el reino de Dios es un reino de
justicia, y no está llamado a implantarse por la fuerza del decreto. El
primer cristianismo no atacó directamente a la esclavitud. Simplemente actuaba
como si está no existiera, a pesar de su dura realidad.
- ¿Cómo vivieron los primeros cristianos esclavos?
Los esclavos estaban excluidos de la religión
romana. La primera iglesia, con sus pocos recursos, compró la libertad de
muchos esclavos. Incluso algunos hombres libres se vendieron como esclavos para
liberar a sus hermanos en la fe. Muchos amos cristianos liberaron a todos sus
esclavos. Un hecho inconcebible para la mentalidad. Se cuenta como en el siglo
quinto Melania, una rica potenciada cristiana, dilapidó todas sus riquezas para
liberar a 8000 esclavos.
En lo
personal, la conversión al cristianismo de los esclavos supuso un
restablecimiento de su dignidad en el seno de la comunidad religiosa. El
esclavo converso gozaba de la distinción de ser llamado hijo de Dios. Todos sin
distinción, libres o no, recibían una fe, un señor y un bautismo. Los esclavos
tuvieron acceso a cargos de liderazgo dentro de la comunidad. Transgrediendo la
ley romana, el matrimonio entre libres y esclavos fue permitido por parte de la
iglesia, unas uniones que de común eran consideradas nulas e incluso delictivas.
La igualdad era visible en los gestos: tanto el amo como el esclavo se
arrodillaban uno al lado del otro en el servicio religioso, se sentaban codo
con codo en los ágapes y eran enterrados uno al lado del otro en los
cementerios. Inaudito para la época.
La igualdad fue una conquista fundamental
de la primera iglesia. A medida que crecía su influencia, más amos liberaron
a sus esclavos. El don de la
libertad se generalizó como la primera de las ofrendas de los creyentes.
No era extraño ver cómo amos cristianos
se despojaban gratuitamente de la totalidad de sus esclavos.
El esclavo tuvo que ser levantado poco a
poco desde la posición más denigrante. El esclavo era de común el objeto sexual
de su amo, eran mostrados impúdicamente en las escenas de los teatros… La fe en
Cristo que se extendía inspiró un horror hacia estas prácticas abominables.
Dignificó las relaciones íntimas dentro del marco del matrimonio e inspiró el
amor sacrificado por la familia. Como
resultado, disminuyeron los casos de hijos abandonados o de menores dedicados a
la prostitución. La sociedad pagana romana recibió estos beneficios. Desde
la conversión individual el grupo social era tocado. En la esfera del trabajo,
la vida humilde de Cristo y de los apóstoles, alentó a muchos a desprenderse
del lujo y de la avaricia. La iglesia dignificó con sus enseñanzas el trabajo
manual y los apóstoles combatieron la holgazanería. La notable expansión del
cristianismo tuvo como efecto el aumento de una cantidad considerable de
obreros libres hasta el siglo V, lo que estimuló la economía.
Entre
las victorias del cristianismo figuran: la prohibición de marcar el rostro,
la abolición del suplicio de la cruz, los primeros diseños de ayuda pública a
los pobres, el castigo por homicidio al amo que matase a su esclavo, la
adquisición por los libertos de los derechos ciudadanos, la prohibición de los
combates de gladiadores, la anulación del derechos de separación de los
miembros de una familia de esclavos… todos triunfos sociales de la fe
cristiana. Las leyes de Constancio permitieron la liberación de los esclavos
dedicados a la prostitución; las de Teodosio, devolvieron la libertad a los
hijos vendidos por sus padres; las de Honorio, acabaron con las luchas de
gladiadores (como consecuencia del martirio de Telémaco); las de Justiniano,
convirtieron en delito el rapto de mujeres esclavas y acordaron a los hijos de
esclavos el derechos de heredad de sus padres… la iglesia intentó en la medida
de lo posible ampliar estas leyes, incluso convirtiendo los primeros
monasterios en lugares de acogida de esclavos perseguidos por sus amos. Las
palabras duras de rechazo de Justiniano ante la esclavitud en la primera mitad
del s.VI, no son más que el eco de la indignación de los padres de la iglesia
desde el primer siglo. Y desde Roma, esta luz de libertad se extendió a todo el
imperio romano. Todas las mejoras introducidas hasta el siglo VI en la
condición del esclavo se deben exclusivamente a la fuerza del espíritu
evangélico.
Los principios fecundos del cristianismo actuaron,
sin declaración de guerra, sin ruido, sin revueltas; aunque la tensión entre
paganismo y cristianismo fuera en aumento a medida que se igualaban las fuerzas.
Entre los siglos IV y V, la balanza se inclinó hacia leyes cada vez más humanas.
La justicia, la caridad y el amor al prójimo fueron emergiendo desde las
catacumbas, y tras 500 años de lenta erosión, sobre el monumento frío,
colosal y cruel del derecho romano, la iglesia llegó a plantar la cruz de un
carpintero judío.
Fin
1:1
Pablo, prisionero de Jesucristo, y el hermano Timoteo, al amado Filemón,
colaborador nuestro,
1:2 y a la amada hermana Apia, y a Arquipo nuestro compañero de milicia, y a la iglesia que está en tu casa:
1:3 Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
1:4 Doy gracias a mi Dios, haciendo siempre memoria de tí en mis oraciones,
1:5 porque oigo del amor y de la fe que tienes hacia el Señor Jesús, y para con todos los santos;
1:6 para que la participación de tu fe sea eficaz en el conocimiento de todo el bien que está en vosotros por Cristo Jesús.
1:7 Pues tenemos gran gozo y consolación en tu amor, porque por ti, oh hermano, han sido confortados los corazones de los santos.
1:8 Por lo cual, aunque tengo mucha libertad en Cristo para mandarte lo que conviene,
1:9 más bien te ruego por amor, siendo como soy, Pablo ya anciano, y ahora, además, prisionero de Jesucristo;
1:10 te ruego por mi hijo Onésimo, a quien engendré en mis prisiones,
1:11 el cual en otro tiempo te fue inútil, pero ahora a ti y a mí nos es útil,
1:12 el cual vuelvo a enviarte; tú, pues, recíbele como a mí mismo.
1:13 Yo quisiera retenerle conmigo, para que en lugar tuyo me sirviese en mis prisiones por el evangelio;
1:14 pero nada quise hacer sin tu consentimiento, para que tu favor no fuese como de necesidad, sino voluntario.
1:15 Porque quizás para esto se apartó de ti por algún tiempo, para que le recibieses para siempre;
1:16 no ya como esclavo, sino como más que esclavo, como hermano amado, mayormente para mí, pero cuánto más para ti, tanto en la carne como en el Señor.
1:17 Así que, si me tienes por compañero, recíbele como a mí mismo.
1:18 Y si en algo te dañó, o te debe, ponlo a mi cuenta.
1:19 Yo Pablo lo escribo de mi mano, yo lo pagaré; por no decirte que aun tú mismo te me debes también.
1:20 Sí, hermano, tenga yo algún provecho de ti en el Señor; conforta mi corazón en el Señor.
1:21 Te he escrito confiando en tu obediencia, sabiendo que harás aun más de lo que te digo.
1:22 Prepárame también alojamiento; porque espero que por vuestras oraciones os seré concedido.
1:23 Te saludan Epafras, mi compañero de prisiones por Cristo Jesús,
1:24 Marcos, Aristarco, Demas y Lucas, mis colaboradores.
1:25 La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu. Amén.
1:2 y a la amada hermana Apia, y a Arquipo nuestro compañero de milicia, y a la iglesia que está en tu casa:
1:3 Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
1:4 Doy gracias a mi Dios, haciendo siempre memoria de tí en mis oraciones,
1:5 porque oigo del amor y de la fe que tienes hacia el Señor Jesús, y para con todos los santos;
1:6 para que la participación de tu fe sea eficaz en el conocimiento de todo el bien que está en vosotros por Cristo Jesús.
1:7 Pues tenemos gran gozo y consolación en tu amor, porque por ti, oh hermano, han sido confortados los corazones de los santos.
1:8 Por lo cual, aunque tengo mucha libertad en Cristo para mandarte lo que conviene,
1:9 más bien te ruego por amor, siendo como soy, Pablo ya anciano, y ahora, además, prisionero de Jesucristo;
1:10 te ruego por mi hijo Onésimo, a quien engendré en mis prisiones,
1:11 el cual en otro tiempo te fue inútil, pero ahora a ti y a mí nos es útil,
1:12 el cual vuelvo a enviarte; tú, pues, recíbele como a mí mismo.
1:13 Yo quisiera retenerle conmigo, para que en lugar tuyo me sirviese en mis prisiones por el evangelio;
1:14 pero nada quise hacer sin tu consentimiento, para que tu favor no fuese como de necesidad, sino voluntario.
1:15 Porque quizás para esto se apartó de ti por algún tiempo, para que le recibieses para siempre;
1:16 no ya como esclavo, sino como más que esclavo, como hermano amado, mayormente para mí, pero cuánto más para ti, tanto en la carne como en el Señor.
1:17 Así que, si me tienes por compañero, recíbele como a mí mismo.
1:18 Y si en algo te dañó, o te debe, ponlo a mi cuenta.
1:19 Yo Pablo lo escribo de mi mano, yo lo pagaré; por no decirte que aun tú mismo te me debes también.
1:20 Sí, hermano, tenga yo algún provecho de ti en el Señor; conforta mi corazón en el Señor.
1:21 Te he escrito confiando en tu obediencia, sabiendo que harás aun más de lo que te digo.
1:22 Prepárame también alojamiento; porque espero que por vuestras oraciones os seré concedido.
1:23 Te saludan Epafras, mi compañero de prisiones por Cristo Jesús,
1:24 Marcos, Aristarco, Demas y Lucas, mis colaboradores.
1:25 La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu. Amén.
[2] Gálatas 3:28 Ya no hay judío ni griego; no hay
esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en
Cristo Jesús. Colosenses 3:11 donde
no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita,
siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos.
[3] 1ª Corintios 7:21 ¿Fuiste llamado siendo
esclavo? No te dé cuidado; pero también, si puedes hacerte libre, procúralo
más.
[4] Filipenses 4:22 Todos los santos os saludan, y
especialmente los de la casa de César.
[5] Colosenses 4:1 Amos, haced lo que es justo y recto con vuestros siervos,
sabiendo que también vosotros tenéis un Amo en los cielos.
[6] 1 Timoteo 6:2 6:1 Todos los que están bajo el
yugo de esclavitud, tengan a sus amos por dignos de todo honor, para que no sea
blasfemado el nombre de Dios y la doctrina. Y los que tienen amos
creyentes, no los tengan en menos por ser hermanos, sino sírvanles mejor, por
cuanto son creyentes y amados los que se benefician de su buen servicio. Esto
enseña y exhorta.
[7] Colosenses 3:22-25 Siervos, obedeced en todo a vuestros amos
terrenales, no sirviendo al ojo, como los que quieren
agradar a los hombres, sino con corazón sincero, temiendo a Dios. Y todo
lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los
hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia,
porque a Cristo el Señor servís. Mas el que hace injusticia, recibirá la
injusticia que hiciere, porque no hay acepción de personas.
[8] Gálatas 3:28 Ya no hay judío ni griego; no hay
esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en
Cristo Jesús. ; Colosenses 3:11 donde no hay griego ni judío, circuncisión
ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo es el
todo, y en todos.
[9] 1ª de Timoteo 1:9-10 conociendo esto, que la ley no fue dada para el justo, sino para
los transgresores y desobedientes, para los impíos y pecadores, para los
irreverentes y profanos, para los parricidas y matricidas, para los
homicidas, para los fornicarios, para los sodomitas, para los
secuestradores, para los mentirosos y perjuros, y para cuanto se oponga a la
sana doctrina,