La expansión del Aikido en Occidente.
La derrota de Japón en la Segunda Guerra Mundial tuvo necesariamente que impactar y dirigir la idea del Aikido. ¿Qué peso podría tener una práctica de origen militar en un pueblo militarmente derrotado?La orientación espiritualista iniciada años atrás sería la primera razón a partir de ahora en el Aikido. El universo se expresaría no en la nación japonesa, sino a través del individuo. La marcialidad no buscaría ya vencer, sino proteger al atacante. El poderío no estaría enfocado a la dominación internacional, sino a desenmascarar a un viejo enemigo: uno mismo. Este discurso tuvo una gran acogida en América y Europa en los años 60, época de la protesta hippie. Su contenido universalista y pacifista caló hondo en una juventud ansiosa por una revolución social, que mostraba su descontento contra las guerras políticas. Para ellos, se confirmaba que atacar a los demás sólo revelaba el miedo del atacante, y muchos asumieron la propuesta práctica del Aikido: no confrontar la ofensa, no bloquear el cuerpo, sino compartir el espacio; y monismo práctico, al afirmar que el atacante y defensor no son dos dualidades opuestas, sino uno solo.
Alfonso Boza
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