Nakanishi y Ueshiba
Nakanishi, la maestra esotérica de Ueshiba, afirmó
que las verdaderas artes marciales y el pensamiento que les acompaña, eran un
asunto sobrenatural que tenía que ver con la unión y la proyección de la propia
energía (Kiai). Estas artes, proseguía Nakanishi, tienen la capacidad de dar
una respuesta a los influjos perniciosos de la vida, por lo que el Budo era, para maestra y alumno, una
práctica espiritual diferenciada del deporte.
Dentro de este pensamiento, la noción de pecado,
de error, es reemplazado por el peso del karma. Cualquier salvación para ser
humano recae en última instancia en uno mismo, puesto que cada uno es dueño de
sí mismo. El aikido de Ueshiba camina en este sentido, puesto que son numerosas
las afirmaciones del fundador sobre la valía de este arte como camino
purificador, vía solitaria de liberación, de auto conformidad. Esto es posible
desde el influjo de Nakanishi, quien creía cualquiera que lo intentase podía crear el
universo allí donde se encontrase. Curiosamente, estas ensoñaciones están extendidas
en un Occidente que niega la verdad general y que quiere convencer de que la realidad de cada uno es tan válida como cualquier otra.
Alfonso Boza
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