martes, 19 de febrero de 2013

Tama-furi. Desenmascarando prácticas peligrosas.

El Chinkon Kishin es una práctica que algunos derivadan del sintoísmo antiguo, y  que el propio Ueshiba aprendió junto a Deguchi Onisaburo creador de la secta Omoto. Bajo este nombre se reúnen una serie de ejercicios que persiguen la finalidad de amordazar la conciencia bajo la aduladora aspiración de unión con lo divino. Se promete la posesión (en japonés: kamigakari) del practicante por un espíritu, un estado de trance, lo que no es poco. En algunos estilos de aikido tradicional se practican los movimientos del Chinkon Kishin, es el caso del Tama-furi (o “movimiento del alma”) cuyo propósito es unir las fuerzas vitales. Es así, como hoy en día, tal como Ueshiba practicaba, es posible oir las invocaciones a los dioses Amaterasu-ō-mi-kami (diosa del Sol), de Ōharaidō (kami de la purificación) y de Ame-no-mi-naka-nushi-ō-kami (kami del Centro), durante la ejecución del Tama-furi en algunas escuelas de Aikido.



Alfonso Boza

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